Los Elfos son humanoides de apariencia frágil y delicada, que viven durante cientos de años.
Es difícil de hablar sobre seres que no son espíritus, ni ángeles, ni humanos, pero que sin embargo, tienen algo de todos ellos y hasta más.
Podemos llamarlos elementales, espíritus de la naturaleza, porque ellos habitan en los bosques.
Los Elfos tienden a ser un poco más bajos y delgados que los humanos, sus rasgos son finamente tallados y delicados, bastante parecido a los humanos, aunque tienen ciertas diferencias características, como sus orejas puntiagudas, su piel pálida y sus ojos almendrados.
Son amantes de la música y hablan con tonos melódicos.
Aunque parecen frágiles y débiles, son todo lo contrario, muy rápidos y fuertes.
Un elfo se mueve con gracia y delicadeza, y de un modo tan sutil y silencioso que a veces es imperceptible su presencia. Este hecho les permite seguir con sigilo a un enemigo al que quiere espiar, o facilitar un ataque por sorpresa.
Los Elfos pueden resultar prácticamente invisibles en el bosque, tienen desarrollada la intravisión, por lo que no les resulta difícil moverse por la noche o por lugares donde no entra la luz. Son grandes conocedores de los bosques en los que habitan, y sus ropas en tonos verdes les permiten camuflarse según su necesidad.
Es famosa la habilidad de los Elfos con el arco. Son entrenados desde pequeños, y aunque también dominan la espada corta y larga, es con el arco con lo que un elfo combate eficazmente. Su agilidad les permite lanzar una flecha y moverse rápidamente para un nuevo disparo.
Las mujeres Elfas también son preparadas para la lucha, es legendaria la leyenda de un ejército de doncellas montadas sobre unicornios, que consiguieron grandes logros y victorias.
Los Elfos viven a menudo por encima de los 1.200 años, aunque mucho antes de llegar a esa edad, ya se sienten impulsados a abandonar el reino de los mortales.
¿A dónde van? no se sabe con seguridad, pero se trata de un innegable impulso de su raza.